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PALABRAS DE BIENVENIDA

Para ser feliz hay que hacer lo que nos apasiona, y mejor si estudiamos aquello que es apasionante, porque la pasión cultivada en el estudio rendirá frutos o resultados, aquello que llaman todos: éxito. ¿Pueden las personas ser exitosas sin estudiar en un colegio o universidad? Si, probablemente teniendo un negocio se habrá superado los ingresos económicos de un profesional cualquiera y se logrará cierto éxito. Pero qué ocurre si se es ambicioso y se quiere hacer algo realmente valioso y tener no un negocio sino un gran negocio; entonces es necesario estudiar, conocer con profundidad cada aspecto de la empresa o uno en particular para hacer la diferencia y obtener mejores resultados. Seguramente han oído hablar de multimillonarios que no tienen carrera o estudios universitarios, los hay. Del listado que hace FORBES, revista de negocios muy famosa, hay once en el 2019 ubicados entre los más ricos; todos ellos abandonaron la universidad. Si, correcto, no hace falta graduarse en la universidad, lo que no significa que los estudios no sean necesarios. Bill Gates, fundador de Microsoft, y Mark Zuckerberg, creador de Facebook, ambos dejaron sus carreras universitarias, pero no serían multimillonarios si no habrían estudiado programación, y estudiado apasionadamente cómo programar y obtener beneficios. 
Algo que debería preguntar todo adolescente, es qué hace falta para ser un buen estudiante. 
Desde mi experiencia y lecturas les diría que solo tres cosas o actitudes, que en realidad es una sola y con certeza los adultos las han señalado y remarcado al hablar con ustedes. Para estudiar hay que considerar: automotivación, autodisciplina y fuerza de voluntad. 
La verdadera motivación es aquella que viene de ustedes mismos, que se gesta en el interior de sus mentes, no aquella que viene de otras personas ni de mamá ni del maestro porque ésta puede ser efectista y breve, o durar solo unos días y hasta minutos; no esperen regalos de sus padres ni payasadas o diversión de sus profesores. Si las metas están claras, si se han esforzado por pensar detenidamente en lo que será de sus vidas en el futuro, si hay un plan, entonces automotivarse no será difícil y el trabajo será menos arduo. 
La autodisciplina, es otra actitud necesaria. Cuando hablamos de disciplina, mencionamos el valor del cumplimiento estricto de reglas o normas. En efecto, es necesario respetar dichas reglas en el hogar y la escuela; pero mucho mejor es crear nuestras propias reglas, y sujetarnos a ellas con sumo rigor. El deporte nos ejemplifica cómo deberiamos disciplinarnos; la práctica deportiva implica que entrenemos todos los días sin descanso, a determinadas horas. Esto significa que debemos ordenar todas nuestras actividades para que se entrene sin desmayo todos los días. No existe deportista triunfante que no haya entrenado hasta agotarse. Lo mismo debe ocurrir en el estudio; hay que ordenar todo para estudiar al día fuera de la escuela, de tres a cuatro horas sin falta. Es frecuente observar que ahora hay niños y adolescentes sin ningún hábito de estudio, y si ustedes no tienen costumbre, hay que empezar con un tiempo mínimo para gradualmente acercarse al óptimo. 
Por último, la fuerza de voluntad o perseverancia es otra actitud importante. Todo lo bueno que ha hecho nuestra especie como humanos proviene del tesón, de la fuerza de voluntad, del empeño que se pone en las metas. Siempre dije que con el mal ejemplo también se aprende; y yo soy el peor ejemplo que puede existir de falta de perseverancia. Me he propuesto realizar tantas cosas que quizá pocas o ninguna se han realizado; si a la primera dificultad renunciamos al sueño, al objetivo, entonces nada o poco vamos a lograr, es más que evidente; si creemos que es más placentero realizar otras actividades y no las más importantes para nuestro futuro, entonces nos hace falta autocontrol, sinónimo de fuerza de voluntad. Las obras geniales se han hecho con fuerza de voluntad y práctica intensa, con persistencia. Thomas Alva Edison, el personaje que patentó mas de mil inventos, decía y lo han oído por ahí: “el genio es uno por ciento de inspiración y un noventa y nueve por ciento sudor”.   
Así que si deseamos hacer cosas geniales hay que practicar y practicar, y como parte fundamental de esa práctica hay que obligadamente estudiar. Pero si empezamos mal, creyendo que estudiar es aburrido, que mejor sería jugar, que mejor sería no hacer nada o ver un video, entonces nos va ir mal. Estudiar tiene su cuota de esfuerzo, de sudor. Los fanáticos del gimnasio tienen una frase para entrenar: “sino duele no sirve”, y es lógico porque el crecimiento muscular tiene por consecuencia el dolor. Si bien al estudiar no tiene porque doler el cuerpo, a pesar de que se diga erróneamente que el cerebro es un músculo, sí hay un cansancio saludable al que debemos habituarnos. 
Entonces, muchachos, hay que ser  conscientes de lo que nos apasiona y primero hay que trazar las metas y automotivarse, segundo hay que establecer nuestras propias reglas para alcanzar las metas, y tercero ser terco y perseverar. Soñar con imposibles en la adolescencia es natural, proponerse ser ingeniero o doctor es bastante fácil, hasta puede que resulte sencillo establecer horarios y disciplinarse, pero lo que sí deben poner en práctica es la fuerza de voluntad; el control de impulsos se puede enseñar a un niño pero a un adolescente no; el autocontrol es un aprendizaje que está a cargo de ustedes mismos para siempre hacer lo importante o siempre darse el tiempo suficiente, realizar lo necesario y obtener resultados positivos. 
Si se dan cuenta, les he estado hablando de tres actitudes con una sola característica: automotivación, autodisciplina y autocontrol de impulsos; las tres actitudes parten de ustedes mismos, de su iniciativa y dominio de sí mismos. Así que si algo podemos hacer los adultos es nada más que alentarlos. Ustedes no serán exitosos en lo que hayan elegido hacer por la intervención de sus maestros o padres o circunstancias externas, los adolescentes y jóvenes deben tener el control de sí mismos, de otra manera se dejarán vencer por la realidad, y ésta los hará sobrevivir en un medio hostil. O se adaptan a la realidad que los rodea o ella, la realidad, se adapta a ustedes. Ahora elijan, de ustedes depende. O  se dedican al ocio, a ser vagos y el mundo los adapta para ser una oveja más del redil o estudian con ahínco y cambian el mundo siendo personas exitosas.

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